Las cosas que señalamos y mencionamos no son la realidad sino una representación de la realidad.
El ser humano desarrollo su corteza cerebral a la par que ha ido creando una cultura y con ello toda una amalgama de mitos. Estamos diseñados para mimetizarnos, para fusionarnos con la “realidad” para enredarnos en esos mitos, para creernos que matrix es real.
Pero la realidad es una construcción que hacemos, que elaboramos, y nuestro cerebro somete esas impresiones caóticas del mundo a la simplificación, nuestro cerebro despeja el ruido y nos otorga un confortante sentido de la coherencia.. El instinto nos hace agarrarnos a las ideas simples que nos otorga la sensación de que todo tiene sentido.
Dicha coherencia se construye en base a lo que ya sabemos y a nuestra experiencia particular.
¿Y con esta idea asomándonos en la mente como no vamos a sentir vértigo?
Vértigo de existir, el vértigo de darnos cuenta de que muchas cosas que hemos asumido como incuestionables quizá sí lo son. Quizás son solo construcciones, presunciones.
La evidencia ha acabado por resquebrajar mitos que estaban férreamente insertados en nuestra sociedad, como que el sol es nuestro dios, la tierra es plana y que gira alrededor del sol, que el planeta fue creado para los humanos, o que podemos crecer ilimitadamente sin preocuparnos por el agotamiento de los recursos planetarios. El desarrollo de la ciencia ha labrado una constante humillación a nuestros ego, nos creemos el centro del mundo. No lo somos. Pero de nuevo, nuestro instinto, nos ha hecho creer que sí.
¿Qué pasaría si esos constructos férreos y tan bien labrados también los tuviéramos sobre cuestiones más íntimas?. Y si empezáramos a cuestionar verdades absolutas sobre cómo percibimos la naturaleza del mundo o los comportamientos de los demás? ¿o verdades absolutas sobre cómo nos percibimos a nosotros mismo y si cuestionamos nuestra propia historia, nuestra narrativa personal, el relato que nos hemos contado sobre nuestra propia vida?
Cuestionar nuestras ideas, aprender a dudar de las certezas, entender que lo que pensamos es una interpretación (zapato) y no la realidad es un papel importante e ineludible en la terapia…..hasta luego.
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Francisco Escudero
16-1-23