La atención es un mecanismo que está al servicio de los intereses evolutivos de nuestra especie y no podemos desestimar el papel de la atención en la mayoría de síntomas psicológicos.
La atención es el foco que ilumina aquello que entra en nuestra consciencia y que oscurece, o difumina, aquello que pasa desapercibido.
Cuando estamos angustiados la atención se rige por las leyes de la supervivencia. Cuando en antaño luchábamos contra un mamut teníamos que poner el foco intensamente en la defensa y el ataque, no podíamos distraernos por el refrescante sonido de las olas o por el agradable olor de las flores silvestres.
Cuando el organismo percibe una amenaza la atención es monopolizada por dicha amenaza y hay una especie de efecto imán en el que es complicado distraerse de aquello que nos preocupa. Nuestro foco atencional se estrecha y nos enganchamos a aquello que concebimos como peligroso. Por eso a los estudiantes estresados les cuesta tanto desconectar del estudio o es tan difícil descansar cuando sientes que tienes que hacerte cargo indispensablemente de un problema entendido como urgente.
Cuando estás alegre la atención te hace fijarte en cosas agradables. Cuando estás triste la atención tiende a fijarse en cosas que irradian pesar. Cuando uno tiene ansiedad nos metemos en el círculo viciosos de alimentar y engrosar la preocupación de este problema, nos cuesta desconectar, y además nuestra atención se fija en las consecuencias catastróficas de que las cosas salgan mal y nos cuesta valorar la opción de que puede que todo salga bien o simplemente no salga tan mal. Además de la percepción, la atención además se aplica también al recuerdo de las cosas, cuando estamos mal nos cuesta recordar cosas positivas, la atención nos genera una especie de amnesia selectiva y nuestra mente rescata sucesos que van en la línea de la versión de tu estado, si estás triste recordarás cosas tristes, si estás feliz recordarás momentos agradables.
En este punto es interesante recordar las técnicas que los psicólogos enseñamos para regular los estados emocionales, como por ejemplo la meditación mindfulnes. Darse cuenta de cómo nuestra mente está alimentando ese catastrofismo o de cómo la ansiedad nos engarza a pensamientos automáticos puede sernos de ayuda. Porque uno puede empezar a darse cuenta con ciertas técnicas de cómo funciona ese proceso, observarlo, permitirlo, ser consciente de él y poco a poco aprender a regularlo sin que la preocupación llegue a ser demasiado intensa o se pueda llegar a ocasionar, por ejemplo, una crisis de angustia.
Si crees que puedes beneficiarte de terapia psicológica te informo de que pasamos consulta presencial en Los Remedios y en Bormujos y también hacemos terapia online. Puedes contactarme para obtener información sin compromiso. Espero que te haya gustado. Hasta luego.
VIDEO ORIGINAL EN INSTAGRAM: PINCHA PARA VER EL VIDEO
Atención psicológico en Bormujos: www.centrobiem.es
También en Los Remedios (Sevilla): Contacta con nosotros (centro CPTG)
VIDEOS DE INSTAGRAM EN: FRANCISCO ESCUDERO INSTAGRAM
Francisco Escudero
9-3-24
Comments